Hoy he soltado en una reunión de trabajo que el futuro de la climatización sostenible en edificios públicos, algunos centros de trabajo y demás edificios grandes debería pasar por que cada individuo se autoregulase su sensación térmica mediante prendas calefactables y/o refrescantes, eléctricas, con batería recargable. Me han mirado un poco raro.
No tiene sentido mantener todo el volumen de aire de una iglesia, de un museo o de una terminal de aeropuerto,... climatizada cuando está semivacía o vacía intermitentemente. Esta circunstancia se suele dar en temporada baja, o en días entre semana. Pero da lo mismo que estuviera muy concurrido el espacio, el compromiso debería ser el mismo: Llevarse puesto el confort. Póngale nombre señor. Con un nombre parece que creamos una corriente... SELF COMFORT, AUTOCOMFORT, HOT AND COLD YOURSELF, AITEMP, MICROCLIMA, BIOCLIMATE,... TAKE AWAY THE TEMP!! Córcholis!
La cantidad de energía consumida por usuario en espacios grandes para mantener constante una temperatura ambiente durante todo el día es descomunal, y muchas veces las inercias son tan lentas que también se climatiza durante las noches para no ofrecer mañanas frías o calurosas. Estamos asumiendo que el estado del bienestar es intocable. No querer sentir o soportar un poco de fresco o calor es una ruina para el planeta, hemos evolucionado milenios para aguantar eso y más, pero lo cierto es que estamos involucionando.
Pero si queremos eso, (confort, yo lo quiero de la forma más sostenible posible) pasa por abrigarse o desnudarse más. No subestimemos un ventilador, o un abanico, o un buen abrigo... El ventilador es el gran olvidado. En gran parte de las situaciones reduce la sensación térmica lo suficiente. El abanico y el abrigo suelen ser incompatibles para realizar tareas cómodamente. Entonces, ¡usemos la tecnología! Las prendas calefactoras pueden ser ligeras como un chaleco, una faja o una chaqueta de entretiempo, sin embargo, pueden calentarte de manera constante según tus necesidades térmicas.
Se acabarían algunas discusiones de oficina, entre los que tienen calor o frío, entre quien sufre corrientes de aire, ¿os suena?. Se acabaría climatizar un espacio gigantesco para usos esporádicos o poco concurridos, para mantener el confort del viajero, visitante o feligrés unos minutos. Se acabaría el quitar y poner abrigos gruesos como pieles de oso, al llegar o al salir de un avión, de un taxi.. pensemos en la comodidad cuando uno lleva su confort encima y que no dependería de encontrarse durante todo su periplo una climatización acorde a su termostato. Que no dependa de terceros!
No tiene sentido mantener todo el volumen de aire de una iglesia, de un museo o de una terminal de aeropuerto,... climatizada cuando está semivacía o vacía intermitentemente. Esta circunstancia se suele dar en temporada baja, o en días entre semana. Pero da lo mismo que estuviera muy concurrido el espacio, el compromiso debería ser el mismo: Llevarse puesto el confort. Póngale nombre señor. Con un nombre parece que creamos una corriente... SELF COMFORT, AUTOCOMFORT, HOT AND COLD YOURSELF, AITEMP, MICROCLIMA, BIOCLIMATE,... TAKE AWAY THE TEMP!! Córcholis!
La cantidad de energía consumida por usuario en espacios grandes para mantener constante una temperatura ambiente durante todo el día es descomunal, y muchas veces las inercias son tan lentas que también se climatiza durante las noches para no ofrecer mañanas frías o calurosas. Estamos asumiendo que el estado del bienestar es intocable. No querer sentir o soportar un poco de fresco o calor es una ruina para el planeta, hemos evolucionado milenios para aguantar eso y más, pero lo cierto es que estamos involucionando.
Pero si queremos eso, (confort, yo lo quiero de la forma más sostenible posible) pasa por abrigarse o desnudarse más. No subestimemos un ventilador, o un abanico, o un buen abrigo... El ventilador es el gran olvidado. En gran parte de las situaciones reduce la sensación térmica lo suficiente. El abanico y el abrigo suelen ser incompatibles para realizar tareas cómodamente. Entonces, ¡usemos la tecnología! Las prendas calefactoras pueden ser ligeras como un chaleco, una faja o una chaqueta de entretiempo, sin embargo, pueden calentarte de manera constante según tus necesidades térmicas.
Se acabarían algunas discusiones de oficina, entre los que tienen calor o frío, entre quien sufre corrientes de aire, ¿os suena?. Se acabaría climatizar un espacio gigantesco para usos esporádicos o poco concurridos, para mantener el confort del viajero, visitante o feligrés unos minutos. Se acabaría el quitar y poner abrigos gruesos como pieles de oso, al llegar o al salir de un avión, de un taxi.. pensemos en la comodidad cuando uno lleva su confort encima y que no dependería de encontrarse durante todo su periplo una climatización acorde a su termostato. Que no dependa de terceros!
En el mercado ya existen ropas calefactables pero están muy orientadas a exteriores y a temperaturas extremas. La prenda ideal para este compromiso ecológico es una prenda con sensores que ayuden a regular la temperatura según tu necesidad de confort y que optimicen al máximo el consumo de energía de la batería o del enchufe, para conseguir una prenda ligera.
Seamos honestos y lógicos. Acabamos de cerrar el mundo por una pandemia, pero el calentamiento global es lo que nos matará a todos.. ¿no seremos capaces de renunciar a algunas comodidades? Y en
este caso no renunciemos al confort, renunciemos simplemente a climatizar el aire infinito.